Grupos armados están incendiando casas tradicionales y de habitación que pertenecen a indígenas arhuacos en la Sierra Nevada de Santa Marta, aprovechando el estado de indefensión en que se encuentran cientos de familias de la zona.
Se trata de grupos paramilitares que reaparecieron amenazantes hace una semana en Wiwa de Sheyamake, en la troncal del Caribe, vía Riohacha, municipio de Dibulla, Guajira.
Las denuncias contra el paramilitarismo en la Sierra Nevada de Santa Marta son sustentadas por la organización de los kankuamos, que son dueños de un milenario territorio ancestral en el Caribe colombiano.
Jaime Enrique Arias, gobernador kankuamo afirma que los incendios de las últimas semanas son actos criminales premeditados.
"Como organización indígena rechazamos estos hechos que son un ataque a la lucha del pueblo kankuamo por su reivindicación cultural", dijo Arias.
La comunidad kankuama exige una investigación y un pronunciamiento del Estado colombiano, porque estos ataques tienen el sello del paramilitarismo, además así lo han vociferado los atacantes que dicen ser de las llamadas autodefensas unidas.
Los jefes ancestrales arhuacos declararon que están ante una agresión para desalojarlos de sus tierras, ya que los ataques están apuntando hacia sus reservas.
En febrero de este año, un grupo de paramilitares irrumpió en La Mesa, otro pueblo arhuaco, donde amenazaron de muerte al mamo Francisco Gil.
Al menos 200 familias arhuacas se han refugiado en albergues improvisados, incluyendo niños y mujeres, temerosas de ser asesinadas.
Los arhuacos de la Sierra Nevada de Santa denuncian además que el pasado 17 de agosto les incendiaron una maloka de más de 600 años de construcción, un lugar ritual reconocido por la UNESCO como un patrimonio ancestral.
Por: Libardo Muñoz
Fuente: prensarural.org
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